La primera vez que hablé con Oscar fue por teléfono, yo andaba en Colombia, en 2016 y traíamos el proyecto de fusión con Tiquetes Baratos. Recuerdo que esa vez durante la llamada no me di a entender muy bien, pero Oscar me ayudó desde el principio.

Ya de regreso en México sabía que Oscar estaba con "los de Devops" pero fue cuando nos mudamos a la oficina de Malecón en 2019 que tuve la oportunidad de conocerlo mucho mejor y ver lo buen líder que era, lo mucho que su equipo lo quería, lo capaz que era profesionalmente, de la calidad humana que siempre tuvo.

Tengo dos recuerdos, me llevo más, que quiero compartir aquí.

El primero es de cuando acabábamos de llegar a la oficina de Malecón, que siempre tuvo mil detalles y ese día los elevadores no servían. Oscar llegó después de subir los 15 pisos del edificio por las escaleras, en el calor de Cancún, para entregar una colecta que había organizado para ayudar a uno de los integrantes del equipo al que habían asaltado hacía pocos días justo afuera de su casa. Como buen líder, siempre estuvo atento a su gente.

El otro recuerdo es cuando saludé a Oscar que regresaba de su permiso de paternidad. Él estaba desveladísimo, pero tenía la cara más feliz que jamás le había visto. No sé si fue ahí o después que también me enseñó el tatuaje en el antebrazo con la fecha de nacimiento de su hijo. Igualmente, su expresión lo decía todo.

Descansa en paz Oscar. Gracias por los momentos y recuerdos.